Publicaciones - Lugares que amar

Presentaciones del libro:


  • Centre Cívic Pati Llimona, Sala Maragall.

    Carrer del Regomir, 3, 08002 Barcelona
    5 de mayo de 2022
    • Con: Neus Aguado y la Autora

Presentación de Lugares que amar, a cargo de Neus Aguado

Barcelona, 9 de Mayo del 2022

Como en tantas otras ocasiones, vivimos tiempos bélicos, a los que se añaden la crisis climática y la pandemia del covid-19, que están ocasionando cambios estructurales importantes en el terreno social, económico y sanitario, sin olvidar el duelo por la gran cantidad de pérdidas humanas. Y sin olvidar la transformación que está experimentando nuestro psiquismo debido a estos cambios. Así que se agradece encontrar un libro en los que la poesía "(...) el lugar donde todo sucede", para decirlo a la manera pizarnikiana, pueda ser percibida ampliamente.

El nuevo poemario de Goya Gutiérrez nos retrotrae a los anteriores de la poeta, por su temática y por la extensión de los poemas, en especial, a Grietas de luz publicado en el 2015 en Vaso Roto Ediciones. La muerte y la naturaleza vuelven a entrelazarse, y también el carácter casi épico de algunos poemas, aunque en Lugares que amar esta condición se profundiza. Goya Gutiérrez se ha ido acercando cada vez más al mito.

Lugares que amar nos recuerda que la vida es demasiado importante para dejarla escapar entre los dedos. Ante la crisis de civilización en la que estamos inmersos, la poeta se ha lanzado, como he apuntado, a recrear un mundo mítico, casi a la manera de Novalis, con la flor azul incluida. Aunque en un salto en el tiempo será la voz de Gertrud Kolmar la que resuene '(...) cuando la hoz de la noche siga las ardientes / gavillas del día'. Así se expresa la poeta judeo-alemana dando entrada a la segunda parte del libro. Kolmar que era prima de Walter Benjamin murió en 1942 en Auschwitz. Poeta que destacó en vida y que entre su temática cultivó las experiencias de las mujeres en sus distintos roles.

Con el ascenso del nazismo su poesía se volvió forzosamente más simbólica y oscura aunque siempre trascendió la esperanza. En la mayoría de los poemas de Lugares que amar también se encuentra un motivo para la esperanza.

A través de las claves culturales -especialmente del siglo XX- a través de la revisión de los mitos y de las obras de arte, del cine, y de todo aquello que esté impregnado de belleza y rebeldía, Goya Gutiérrez hace un apunte sobre la realidad, efímera per se. Es como si para la autora lo único que fuera a prevalecer, en este desconcierto que es la vida, fuera el arte y la belleza y, en especial, la belleza del arte. Así, nos ofrece una nueva mirada acerca de los hechos legendarios transformados a su vez por el arte. En definitiva, una realidad otra.

Los acontecimientos que nos han atravesado y que nos atraviesan, en los últimos años, se han corporeizado y se han erigido en una manera de captar la realidad que se aleja y se acerca a la par de lo vivido y que parece traernos bruma, ceniza y muerte. Como si la muerte se hubiese enseñoreado de la palabra poética y nos recordase lo efímero y lo contingente de la existencia, del transcurrir de los días. Unos días que solo se pudiesen entender a través de la contemplación, ya sea del mar o del bosque -siempre inspiradores- o de un lienzo, o de una película de Pasolini que a su vez nos aporta su visión de la mítica Medea, y ésta nos enlaza a Eurípides y a la tradición griega de la que somos deudores e intérpretes.

En el inicio del poemario, en el poema dedicado a una película de Ingmar Bergman, ya avistamos la muerte como 'leitmotiv' del libro. En una pirueta del lenguaje, puesto que se refiere a "El séptimo sello" (1957) dice: "han volado tras el espectáculo a su séptimo cielo desde el séptimo arte".

La primera parte del libro intitulada "La hermosa veta" nos remite a la figura retórica denominada écfrasis. La representación verbal de un objeto visual.

A partir de la película vietnamita "La tercera esposa" (2018) de Ashleigh Mayfai, Gutiérrez critica de forma explícita el patriarcado,: "Y encima de todo el patriarcado, el marido pomposo". Nos remite a la horrible realidad de los matrimonios infantiles. Sin ánimo de caer en la estadística del victimismo, especificar que, según el último informe de Save the Children de 11 de octubre de 2021, "(...) cada año mueren más de 22.000 niñas a causa de los embarazos y los partos derivados del matrimonio infantil.".

La autora nos ofrece su visión de "Cielo sobre Berlín" (1987) de Wenders y de otras películas señeras. Asimismo, en el ámbito dramático han sido convocados Hamlet y Yerma, personajes que le permiten hacer una potente reflexión acerca de la ambición y acerca del papel de la maternidad respectivamente.

Y, ante ese óleo que más de una vez nos ha impresionado, el caminante sobre el mar de nubes (1818) de Caspar David Friedrich, Goya Gutiérrez quisiera 'Silenciar la torpe vanidad del ruido.'. Bello último verso del poema dedicado al pintor romántico alemán. Hay también un poema dedicado al óleo de carácter mitológico del florentino del Quattrocento Piero di Cosimo. En torno a 'La muerte de Procris' (1495-1500), la poeta reflexiona acerca de la fidelidad.

Cabe señalar que solo lleva título un poema de la primera parte: "Naturaleza muerta".

En algunos poemas sobrevuela el discurso poético torrencial, de aluvión, de Pablo Neruda; hay un guiño, por ejemplo, en el poema que se inicia con este verso "Incluso la fiera que intuye su belleza", en el que mediado el poema resalta, con una leve modificación, un verso del poeta chileno.

La miseria, la explotación del ser humano, queda reflejada en el poema dedicado a los fotógrafos Sebastiâo Salgado y Enric Velo. Asimismo, uno de los poemas está dedicado a los escultores Chillida y Maïs y es un canto a la creación artística y a la trascendencia, y acaba diciendo: 'solo de cara a la belleza que dulce llama/ hacia el umbral de lo velado, / solo de cara al enfebrecido moldear / de las manos astrales.'.

Es necesario, hoy más que nunca, despojarnos de los coturnos, salir con los pies desnudos a recibir la bendición de la naturaleza, recordar que somos uno con el todo, olvidar la barbarie por un momento, llenarnos la mirada del azul cambiante de los cielos y de los mares. Poder expresar lo que nos aporta la comunión de los unos con los otros. Poder decir en verso corto, largo o mediano que formamos parte de ese todo primigenio que ya existía cuando llegamos y que seguirá existiendo cuando nos hayamos ido. Así la segunda parte -que tiene el mismo título que el libro "Lugares que amar"- es un canto a la defensa de la naturaleza y al poder lenitivo que ejerce sobre quien la contempla, sobre quien la habita sin agredirla. Los paisajes de la belleza donde el alma se baña.

En Lugares que amar más que en ningún otro libro anterior de la autora queda patente, una vez más, que una estética sin ética carece de sentido. Estos lugares no son simples 'Locus amoenus', el lugar agradable, el lugar apartado del mundanal ruido, si bien es un elogio a la belleza en mayúscula de la naturaleza, es también un aviso al peligro de extinción no solo de pingüinos y abejas y sus ecosistemas sino del mundo entero.

En el extenso poema dividido en tres partes cuyo primer verso es "Bajo la arena se resiste un árbol a la muerte", encontramos un verso del Soneto XXIII de Garcilaso, un verso que nos recuerda que "(...) a través de los siglos / el viento mueve, esparce y desordena".

Ya he detallado algunas singularidades de Lugares que amar, falta decir que hay un extenso poema, de abril de 2020, dedicado a las víctimas de la pandemia y que es uno de los más logrados del libro. Expresa cómo el covid-19 ha incidido e incide en nuestra vida diaria.

Asimismo, en la segunda parte se da voz a las que no la tienen y nos recuerda que "Nadie escribirá por nosotras cuando estemos muertas", inicio de un poema de marcado carácter feminista, como lo es el homenaje a las mujeres violadas en la guerra de Bosnia, que se puede hacer extensivo a las mujeres violadas en la guerra de Ucrania y en todos los conflictos armados desde la Antigüedad hasta nuestros días.

En el poema inspirado en el colombiano Nevado del Ruiz, uno de los volcanes del cinturón volcánico de los Andes, se halla en un breve verso un conseguido neologismo: 'leviatana'. Concretamente dice: 'Belleza leviatana', para clasificar la belleza casi monstruosa. Es un acierto.

El poema final, escrito en febrero de 2021, es un poema de agradecimiento en el que se aprecia que cada día 'es otro día de oro' para decirlo con las palabras de la autora.

Poemas reflexivos, rotundos, de madurez, para explicar lo inexplicable, la luz que se nos escapa, y para reivindicar la belleza y el amor en su totalidad, para recordarnos que la belleza en su sentido más amplio habita con nosotros y está en nosotros. Poemas para caminar entre lo visible y lo invisible.