Reseñas

UN LIBRO, UN AMIGO TODO LUZ
Carlos Benítez Villodres. Málaga

LA MIRADA Y EL VIAJE

Goya Gutiérrez
Editorial Emboscall. Colección "Prima Materia", nº 40. Barcelona, 2004. Págs. 76

     La presente obra poética de Goya Gutiérrez encandila, asombra, al lector más exigente. Aunque de raíces aragonesas, Goya reside desde muy joven en Barcelona, ciudad donde crea sus versos, con el caudal de su sensibilidad, con un lenguaje transfusor de vida, con la precisión y el prodigio de quien posee el don de la poesía. En las creaciones líricas de la poeta aragonesa-catalana confluyen, como tres ríos anticipatorios a la tan anhelada primavera por el hombre que sueña y vive lo soñado, realidad, imaginación y deseo. "La mirada y el viaje" es el título más idóneo, perfecto diría yo, elegido por Goya, para este libro capital, según el contenido que le ofrece a quien tenga la dicha de leerlo. Sí, me he expresado bien: "a quien tenga la dicha de leerlo", porque "viajar" por las páginas de este poemario le proporciona al lector-viajero un cúmulo de sensaciones y emociones de nuevo cuño, difícilmente de encontrar en el orbe literario.
     En Goya, la mirada se hace palabra, puente de comunicación, para transmitir todo aquello que capta. Asimismo, con este sentido la poeta nos introduce hasta el corazón de su universo interno, donándonos su musicalidad astral, en cuyo seno cultiva y eleva la poesía que convive con sus sentimientos, como parte esencial de su grandeza humana. En los ojos de Goya se funden los restantes sentidos, otorgándoles éstos, mediante un proceso de identificación plena, una intensidad en crecimiento y expansión continua, una soleada textura en su ternura innata, unos canales de estética, sonoridad y ritmo musicales que palpitan, con la misma temperatura de lo deslumbrante, de lo vital, de lo que avanza, en definitiva, de la vida.
     La poética de Goya, además de enriquecer al lector, le muestra nuevas órbitas, no sólo para reorientar su pensamiento, si necesita de ello, sino también para enriquecerlo y, de ese modo, clarear su vida cotidiana e indagar en el positivismo que ella origina y refleja, con la magia de su propio espejo, en los pasos y caminos, tanto del individuo como de la comunidad en la que se halla inmerso.
     Goya mantiene una actitud estable, autorreflexiva, al abordar su cometido poético ricamente novedoso, renovador, que le confiere, a mi entender, sin el acoso de especulaciones seudoliterarias ni de los corporativismos ajenos al evidente encanto de compartir aquello que se crea, ese aire puro tan necesario para revelar, en perfecta armonía y originalidad, los frutos de su talento poético, prolijo y consistente, así como los de su estilo lírico cargado de testimonios conmovedores, de viveza sumamente expresiva, de contundentes interpretaciones que iluminan la psique del lector enfervorizado en las sutilezas y las minuciosidades obviamente barajadas con entusiasmo y superación por la propia creadora.
     Nuestra poeta pone en primera página, con sus exquisitos cócteles lingüísticos, las sensaciones por ella experimentadas al ahondar en lo significativamente puntual que anida en la vida del hombre, en la de cualquier punto del planeta y en la suya propia. Valores humanos que se nutren día a día de los pechos de la belleza, de la lealtad, de la honestidad al succionar éstos con esa mirada capacitada para desnudar el alma de la autora y la de la humanidad.
     Apoyados en su valía personal y en una autenticidad relevante, la palabra de Goya Gutiérrez sensibiliza de manera admirable al lector que la hace suya. El deleite en dimensiones novísimas se apodera de quien lee estos versos, cuyo hilo conductor es la visión caleidoscópica y a la vez catártica, tanto de lo externo como de lo interno que se conjuga en la mente de la poeta.
     "La mirada y el viaje" es un libro que en sí mismo lleva la inmensidad que habita en el corazón de su autora. Goya es consciente de que en los grandes viajes, tengan el destino que tengan, se anhela encontrar "algo" que ignoramos lo que es. Ahí está la grandeza del viajero que se lanza a un mundo desconocido para hallar quizás en él esa luz también desconocida que la sociedad y la inteligencia, el afán por investigar y la imaginación no le han proporcionado hasta el día de hoy. Por todo lo expresado, "La mirada y el viaje" es un libro de una intensión y complexidad superlativas. Un libro que deja huella en el alma de quien lo lea, porque la palabra se transforma en caminante y en camino, en búsqueda incesante, al servicio de las generaciones presentes y venideras.
     Viajar por rutas transitadas o intransitables de nuestro mundo o de nuestro yo es una aventura que siempre sorprende a quien la realiza. Los viajes, aunque pensemos que a donde vamos no almacena ni exhala interés anímico alguno, muestran al viajero, bien lo sabe Goya Gutiérrez, la cara visible y oculta de una vida totalmente inexplorada por nosotros e ignota y la del hombre que por ella deambula. Y si llevamos, en nuestro recorrido, la mirada y la vehemencia predispuestas a encontrar aquello, cuya carencia nos insatisface, y que tal vez no hallemos, nos sentiremos más humanos, más comprensivos, más comunicativos... con nosotros mismos y con los demás.
     En el magnífico exordio de Felipe L. Aranguren, el prologuista nos manifiesta, entre otras numerosas ideas y reflexiones, que "todo artista sabe cuán necesario es tener sensaciones nuevas y estímulos que raramente se encuentran a nuestro alrededor (...). Goya también viaja con toda su cultura a cuestas para confrontar, completar, rectificar, experimentar con las sensaciones y con las palabras (...). Pero quien marchó ya no es la misma que regresa, más rica en emociones y experiencias (...) Y regresar al fin a la ciudad, al puerto que sea para nosotros nuestra Ítaca"...
     "La mirada y el viaje" está dividido en dos partes: Impresiones (con 23 poemas) y La ciudad y sus mundos (con 13). En ambas esferas, la autora resalta, desde su memoria cultural, el poder magnético, abierto y sin límites que existe en el núcleo de todo aquello ( personas, diálogos, ciudades, ríos, templos, desiertos...) que penetró por sus pupilas y se asentó en los cálidos y vivificadores aposentos de su orbe más íntimo.
     La poeta emplea en las creaciones que componen este libro poemas poliestróficos, donde abundan, desde el punto de vista métrico, composiciones formadas por la conjunción de versos que oscilan desde el trisílabo hasta el alejandrino. En cuanto a la rima, los versos blancos son de los que se sirve la poeta para esta labor literaria que nos presenta. Un lenguaje rico y bello, actual, aunque a veces tiene pinceladas clásicas, y diligente, transparente y hábil... cimienta y estructura estos poemas nacidos del amor fiel a la poesía. "...quizás la libertad, / la belleza, el amor / podrían con el tiempo / llegar a transformarlo, / pero el cretino ríe / ante la tecnocracia / amordazada y ciega, / y se extiende velos / como la vieja peste... (...), mientras, la voz de un niño, / entre la ruinas, canta". (Del poema "Ciudad violentada", ps. 49 y 50).
     Goya Gutiérrez (1954) es de origen aragonés, pero ha vivido la mayor parte de su vida en Barcelona, donde se licenció en Literaturas Hispánicas. Desde hace 16 años se dedica a la docencia en un instituto. Actualmente reside en Castelldefels, y forma parte del grupo "Alga" de poesía que tiene su sede en esta localidad. También dirige y coordina, junto a Moisés Stankowich, la extraordinaria Revista de Lde Literatura ALGA.
     Anteriormente formó parte del grupo de poetas vinculados a la Colección Bauma, dentro del marco "Cuadernos de Poesía", donde publicó la plaquete "Regresar", Barcelona 1995. Su segunda publicación la constituye el libro "De mares y espumas" (Editorial "La mano en el cajón". Barcelona, 2001). Ha publicado también poemas, entrevistas, artículos literarios... en revistas especializadas ("Turia", "Alga"...).
     Actualmente compagina la docencia con actividades relacionadas con la creación artística-poética, lecturas de poemas, presentaciones de libros y autores, etc., etc.
     La poética de Goya Gutiérrez rebosa posibilidades y fuerza emocional, planes y proyectos de una operatividad en extremo, ansia de entrega y de comunicación en un mundo donde las culturas del diálogo, del respeto y de la solidaridad están bajo mínimos...