Publicaciones - Ánforas

En Ánforas, Goya Gutiérrez traza distinas imágenes de la poesía y del hecho poético en general, que confluyen en la imagen que el propio título expresa, como lecho donde albergar la memoria poética del fluir temporal, ante la conciencia de la muerte. Un viaje interior desde el "yo" al redescubrimiento del otro sujeto poético, el "tú". Viaje también de la experiencia poética que supone la lectura dentro de la escritura. Un viaje que abre una puerta a la esperanza y a la celebración del mundo a través del canto a la creación y a la palabra poéticas.

Índice de la obra

Presentaciones

Reseñas y comentarios

Conferencia "El poeta y su doble" y
lectura de poemas de Ánforas en la ACEC 14.01.2010


Ficha bibliográfica

Para mi amiga Mercè Vaamonde
"In memoriam" y para totas y todos
los amigos que me dejó en herencia.



EN EL POEMA

I

Huele hoy la casa a brisa a mariposa
a posos de memoria emergiendo
Como un collar de perlas que se suelta
por dentro algo se va desenhebrando

Me alimento del tiempo
que habitaba archivado en las estanterías
Desentierro con tus ojos las páginas ajenas
las ciñes a tus pies
De los pasos que transitan mi sueño
gotea una metáfora incompleta
inicio de un poema
Atraviesa una gaviota las paredes
de tu propio idioma

Se te escurre entre los dedos quisieras
vaciar las palabras fusionándolas
hasta lograr su alquimia
Embozar y acurrucar

algún invierno de desoladas grietas

II

Trenes alados circundan el foso
de tu anochecer
En raíles de insomnio
lo trenzan y destrenzan
y dejan
desplazados rumores
de materia en el viento en tu mano
precisos en acomodar
temblor en las hojas del árbol
que ha de mudar y transmutarlas
en trinos de aves quizás

en poesía al amanecer

III

Pavesas de lenguaje giran en un tiovivo
estallan de energía
se hacen cuerpo de espejo
imágenes de niños gritando escalonadas
por un tirabuzón hacia las nubes

Atan sus lenguas en un nudo a tu estómago
desciendes hasta el vértigo
de no llegar a componer
su desintegración de briznas en el aire
de no transfigurarlas en hebras de cristal
de no habitar sus nombres

antes de regresar al día y a mi olvido

IV

Trazas en el papel sendas de posibilidad
sobre el espacio blanco de la duda
En la penumbra de la habitación
escalas la montaña sin mirar a los ojos
que ante mi nada petrifican
Absorbes el instante de inicio en la crisálida
hierve la muerte en un marasmo de hilos
tocas su límite y principio
intentas apresar la que será
hebra de seda
estiras de su extremo
vas urdiendo esa otra mariposa viva
inacabada

En el poema

Primer poema del libro
“Ánforas”

EN EL REGRESO

XI

Yo vi en su palidez aquel instante
del desprendimiento
La hora del deshielo del témpano de sal
entre sus dedos
al último calor de sus cenizas

La muerte nos ensaya en los que nos preceden
Nos muestra el valor que se escuda en el metal
nada noble su vuelo
la cuchara de sopa
La esclusa tras mis dientes el desnivel
desde el pequeño lago
de mi boca sustancia en pentagrama
de este pulso que aún vibra

Pero cómo llegar con tu palabra
a esa otra lentitud de ojos sin tierra
donde habitan las aguas sin pestañas de espumas
O a la inmensa suavidad de las dunas
que han absorbido el horizonte

Y cómo ser
Savia del árbol que aún te crece en el pecho
La mirada emboscada de belleza
que se convierte en bosque

La infinita caricia del pliegue de la mano
De la mujer guardando la memoria
De ese saber de pájaros bajo las tejas
en sus nidos de barro sobre la lluvia

Y cómo seguir estando aquí
Con la tenacidad de las hormigas
Junto al hielo y la nada
Frente a esa sal ardiente

que estremece tus labios